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17 mar 2020
La situación requiere medidas urgentes de las autoridades para reducir el impacto sobre la industria del calzado
Desde FICE y las asociaciones territoriales de calzado, hemos trasladado al Gobierno y a CEOE-CEPYME una propuesta de medidas específicas para tomar de manera urgente para reducir el impacto de la pandemia del COVID-19 sobre la industria del calzado.
Esta nueva situación requiere que informemos urgentemente a nuestras autoridades sobre nuestra grave preocupación por las consecuencias temporales sobre mercados y empresas que está generando la actual pandemia, bien sea por la infección de algún trabajador, por la falta de suministro de las materias primas necesarias, por la paralización de las unidades productivas, por las propias cancelaciones de pedidos que ya vemos que se están produciendo e, incluso, por el aplazamiento en el pago de los pedidos suministrados que también estamos apercibiendo (tanto nacionales como internacionales). En concreto: Hasta la semana pasada lo preocupante era: • La incidencia de los retrasos de las fábricas asiáticas para las empresas bien distribuidoras de producto bien usuarias de componentes fabricados en Asia. • La incidencia en los pedidos de la temporada Invierno 2020/21 de la falta de actividad de las ferias internacionales celebradas en febrero y marzo. Ahora los hechos son: • Cierre del comercio minorista en Europa (donde se vende algo más del 70% de nuestra producción): Italia ha sido la primera, seguida de España, Francia y progresivamente los demás países. También posiblemente con la incorporación de mercados extracomunitarios incluido los EEUU en los próximos días. • Coincidencia de estos con el inicio del periodo de compras primavera/verano 2020. Si la crisis se extiende más allá de Semana Santa (lo que se da por seguro) el sector de la moda perderá un “momento compra” que no se recupera más tarde. Además, los stocks resultantes se deprecian y carecen de valor por ser un producto de moda, temporada estacional y por encargo del cliente. • Como consecuencia están llegando a las empresas diariamente desde la semana pasada una oleada de anulaciones de pedidos de primavera/verano 2020 que, o bien están ya fabricados y almacenados desde hace semanas, pendientes de su fecha de servicio, o bien son pedidos en curso, en los que ya hay una importante inversión hecha en pieles, materiales, componentes y mano de obra imposible de recuperar por la empresa. • A esto hay que sumar las dudas razonables sobre el cumplimiento de los pagos en los pedidos servidos y cuyas condiciones son a crédito. En este sentido sería interesante profundizar en las coberturas de los seguros de crédito y caución en situaciones de pandemia declarada. • Consecutivamente, si el comercio de moda de Europa “pierde” las ventas de la temporada primavera/verano 2020, podemos encontrarnos con un panorama de cierres definitivos de clientes, que extienda los efectos económicos de las crisis sanitaria más allá del año 2021. Ante esta situación, entendemos que deben transmitirse a las autoridades competentes, medidas económicas paliativas de los importantes perjuicios que pueden derivarse sobre las pequeñas y medianas empresas de nuestra Industria. Entre ellas sugerimos para su consideración las siguientes: EMPLEO: Con la normativa actual seguiríamos abocados a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por fuerza mayor que, además de los plazos y complejidad de su tramitación, implicarían el pago de las cuotas de la Seguridad Social por las empresas de los empleados afectados. En esta situación excepcional, las circunstancias mencionadas serían especialmente perjudiciales para la economía de las empresas, pues además de perder la producción en el periodo de paro, tendrían que soportar las cotizaciones sociales. Nos tememos que ante ese escenario -sin horizonte claro- muchas empresas acaben cerrando. Estas cuestiones, junto con las específicas para la protección del trabajador en estas circunstancias excepcionales, han sido ampliamente tratadas, con carácter general, entre nuestras Organizaciones nacionales (CEOE/CEPYME) y los Sindicatos mayoritarios (UGT/CCOO), y entendemos que deben adecuarse a las necesidades del momento con rapidez extraordinaria para evitar cierres futuros de empresas. Por eso proponemos que, al menos, se: • Agilicen los tramites de los ERTES (y, en su caso, ERES posteriores en caso de agravamiento de la situación). • Exonere a las empresas del pago las cotizaciones sociales en el periodo que estén vigentes los ERTES. Flexibilizar temporalmente los convenios colectivos publicados, a través de acuerdos extraordinarios entre las organizaciones empresariales y sindicatos, para evitar ERES posteriores, puede ser también otra medida para el medio plazo. Estas medidas afectarían por igual al conjunto de sectores económicos nacionales. LIQUIDEZ: Dada la situación que se está generando por cancelaciones de pedidos industriales iniciados y/o aplazamientos en el pago de los pedidos servidos entendemos que sería también oportuno: • El pago inmediato de las facturas y devoluciones pendientes por parte de las Administraciones Públicas. • El refuerzo de las medidas de aplazamiento tributario anunciadas sin distinción por volumen de facturación de la empresa. • El establecimiento de las líneas y/o avales específicos para la refinanciación del circulante de las empresas en condiciones especiales. • El pago inmediato de las ayudas y subvenciones públicas concedidas incluyendo la resolución urgente de las solicitadas pendientes de adjudicación. • La exoneración de tasas, tributos e impuestos locales y autonómicos mientras se prolonguen las consecuencias económicas de esta crisis sociosanitaria. Limitar estas medidas a empresas con una facturación inferior a 6 millones de euros será insuficiente ante la gravedad real de la situación. Y, de igual modo a lo dicho anteriormente, entendemos que esto afecta por igual al conjunto de sectores económicos nacionales. SOLVENCIA: Derivada de que los stocks que pueden acabar generándose en la Industria de la Moda no tienen posteriormente la salida que pueden tener en otros sectores por su propio carácter de moda, estacionalidad, etc. Luego nos hace especial daño. De ahí la enorme preocupación sobre las consecuencias de esta situación, de alargarse hasta mediados del segundo trimestre (y también, por supuesto, en el comercio). De ahí que, entre otras medidas, planteemos el retraso en el inicio del periodo de rebajas de verano de forma coordinada con el resto de los países comunitarios. Para que nuestra Industria (y comercio) pudiera hacer frente a este último escenario entendemos que deberían arbitrarse medidas extraordinarias en el corto y medio plazo. Pues también extraordinarias son las causas de esta situación. Y, a eso, habría que añadir las campañas de grandes compañías de ocio que hemos sufrido recientemente contra el consumo de moda… que deberían contrarrestarse con fondos públicos posteriormente para reanimar el consumo de productos nacionales.
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