FICE

En este mes de septiembre damos por finalizado el intenso calendario internacional de certámenes en el que las empresas de calzado españolas han presentado sus colecciones de primavera/verano 2017. Se han cubierto expectativas mostrando de nuevo que las marcas españolas cuentan con gran prestigio internacional.

Cerca del 76% de las exportaciones de calzado español sigue vendiéndose en nuestro entorno europeo más próximo; es lógico pues el ciudadano medio comunitario es sofisticado, gusta de buena calidad, desea calzado confortable para sus pies, y exige buena relación entre “precio y producto”. También sigue influyendo la proximidad de la fabricación a los mercados de destino pues facilita fabricar en series cortas, con mejores tiempos de respuesta y calidad de servicio al cliente. Y la expansión del mundo online se está viendo como una oportunidad para aquellas de entre nuestras empresas que trabajan con estrategias digitales globales.

La evolución de las exportaciones durante el primer semestre de este 2016, no ha sido buena tras tres años consecutivos de crecimiento de dos dígitos anuales. Pero este comportamiento no ha sido general: así pues, productos marcadamente “españoles”, como las “espadrilles”, han seguido obteniendo crecimientos elevados en ventas con un ciclo de vida todavía en expansión. También es importante destacar que las dificultades actuales están aumentando la colaboración entre las grandes industrias europeas del calzado.

Podemos exponer diferentes razones para este descenso. Pero es significativa la pérdida de exportaciones en los mercados francés, holandés y belga, que son grandes mercados para los productos españoles. Todos deseamos que revierta pronto esa situación. A veces los enormes esfuerzos de penetración no siempre tienen las mismas consecuencias: en dos de los mercados extracomunitarios más importantes para el calzado español, EEUU y Japón, las exportaciones vienen evolucionando en sentidos opuestos. El mercado nacional, por su parte, sigue mostrando moderación tanto en pares como en precios.

El calzado español apuesta por mayores compromisos internacionales en materia de comercio cuando parece que se levantan nuevas barreras con el Brexit, se encallan tratados como el TTIP o se mueven muy lentamente acuerdos con mercados significativos en el área de Asía-Pacífico. El levantamiento de algunas barreras que suponen un encarecimiento significativo de nuestras exportaciones, el caso de Japón es paradigmático por las cuotas establecidas a los productos de piel, podría elevar de nuevo el pulso del comercio internacional.

Frente a este menor ritmo comercial en el primer semestre del año, el calzado español debe seguir haciendo gala de su capacidad de visión, innovación y adaptación. Las expectativas de crecimiento para las principales economías emergentes parecen ser algo más favorables para este próximo año. Desde FICE buscamos una mayor diversificación geográfica con el apoyo de los planes sectoriales del ICEX. Sabemos que las PYMES no pueden abarcar decenas de países: se trata de buscar los más adecuados para las estrategias de producto/mercado/cliente de cada una de ellas. Puesto que estas iniciativas suponen elevados riesgos inversores para la PYME, y aún a pesar de la difícil situación política por la que atraviesa nuestro país, esperamos que los fondos públicos para internacionalización crezcan en 2017.

En clave interna me gustaría destacar el acuerdo alcanzado con los sindicatos mayoritarios para un periodo de tres años. Sobre este marco de estabilidad debemos seguir acometiendo mejoras en áreas de productividad, transformación digital y posicionamiento de marca. Como sucede con el resto de PYMES españolas, sus “crecimiento-profesionalización” están yendo parejos en nuestras principales marcas de referencia internacional con enorme influencia en su entorno. Lo mejor está todavía por llegar, aunque nunca llueve a gusto de todos.